lunes, 27 de octubre de 2008

Falsedades y mitos alimentarios

Creencias muy arraigadas, algunas sin fundamento científico, condicionan los hábitos alimentarios de numerosas personas.


El interés creciente que muestra la sociedad por la alimentación va acompañado de numerosas recomendaciones dietéticas procedentes de muy distintas fuentes. La mayoría están basadas en mitos y creencias irracionales que olvidan los principios establecidos por la investigación científica de la nutrición y, en algunos casos, se contraponen a los conocimientos sólidamente documentados con los que se cuenta en la actualidad.


Incompatibilidad de la leche con los cítricos; las frutas ácidas son malas para el reumatismo; las frutas al final de la comida engordan; el pescado alimenta menos que la carne y el huevo crudo es mejor que el cocinado. Éstas son algunas de las falsedades alimentarias que tuvieron, y aún tienen, cierta credibilidad en nuestro entorno. Ahora, expertos de la Delegación Provincial de Asuntos Sociales, el Servicio Social de Salud y la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad, todas ellas instituciones de Granada, han elaborado un compendio de este tipo de falsedades y mitos alimentarios que condicionan los hábitos nutricionales de muchas personas.


Alimentos incompatibles


No hay alimentos incompatibles y, por tanto, no es necesario establecer un orden en la ingesta
En las últimas décadas hemos asistido a una expansión de las creencias sobre alimentos que son incompatibles entre sí y que, por tanto, no pueden ingerirse juntos en la misma comida, según el presidente de honor de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada, José Mataix Verdú. Ciertas incompatibilidades y un determinado orden de ingesta de alimentos, como por ejemplo tomar la fruta y la ensalada antes del plato principal, se han arraigado con tanta fuerza en nuestro país que son difíciles de desmentir.
Los expertos en Nutrición Clínica y Dietética de la Universidad de Granada, el Servicio Andaluz de Salud y la Delegación provincial de Asuntos Sociales de Granada, en su artículo de revisión "Creencias erróneas sobre alimentación", alegan que "es tal la variedad de alimentos y sus mezclas, y la investigación de la interacción de los nutrientes supone técnicas tan sofisticadas y costosas que los estudios científicos sobre el tema son limitados y costosos".
No obstante, afirman con contundencia que no hay alimentos incompatibles y que no es obligado establecer un orden en la ingesta. Al menos así lo avalan los conocimientos actuales sobre la digestión y la absorción en el digestivo y miles de años de experiencia humana ingiriendo alimentos en distinto orden, según la cultura y la época concreta de la historia. En este sentido, otro expertos, como Pilar Cervera, directora del Centro de Enseñanza Superior de Nutrición y Dietética (CESNID), declaran que, como criterio general, hay que mezclar los alimentos de los distintos grupos para asegurar una nutrición correcta.

Sabiduría e ignorancia en la tradición


Refranes populares como "quien come con cordura por su salud procura" o "de grandes cenas están las sepulturas llenas", son incuestionablemente ciertos, ya que se conoce bien el trinomio metabólico de ingesta, reserva y gasto energéticos y sus consecuencias sobre la salud, de las cuales la más conocida en el aspecto negativo es la obesidad.
El grupo alimentario al que pertenecen la carne y el pescado, ricos en proteínas, ha sido objeto, a lo largo de nuestra historia gastronómica, de numerosos dichos y rimas con aspiraciones educativas, algunos de ellos con tan extraños como originales fundamentos, que afortunadamente la ciencia de hoy se ha encargado de desmontar.
La idea de que "la carne alimenta más que el pescado" podría estar apoyada, según Rosaura Farré, catedrática de Nutrició i Bromatología de la Universitat de València, en el hecho de que, al tener menos grasa y menos tejido conjuntivo, el pescado se digiere con más facilidad y proporciona menos sensación de plenitud gástrica. Además, antiguamente era difícil mantener la cadena de frío para la conservación del pescado, más fácilmente alterable que la carne, por lo que era una idea común que este alimento marino era menos saludable que su homólogo terrestre. Seguramente provocaba más toxiinfecciones por su alteración y la posterior formación de histamina, responsable de urticarias por la acción química de las bacterias y de ahí el mito de su menor contenido alimenticio.
Otro ejemplo de creencia falsa es la de que el huevo crudo alimenta más que cocinado, cuando en realidad ocurre exactamente lo contrario. Cuando se fríe, cuece o escalfa este alimento, el calor coagula las proteínas que son más fácilmente atacables por los jugos gástricos en el estómago y se aprovechan en un 92%, en comparación con el 50% de aprovechamiento cuando la clara está cruda; aparte del riesgo sanitario de salmonelosis si se come crudo.


EL ORIGEN DE LOS MITOS


Debido a que alimentarse es un hecho tan biológico como cultural, hay una gran diversidad de opiniones y creencias al respecto. Según Abel Mariné, Jaume Serra y Mª del Carme Vidal-Carou, coautores del libro "Saber popular i alimentació", es lógico que con el paso del tiempo se hayan acumulado conocimientos basados en la práctica y que se den asociaciones entre los alimentos y sus efectos que hayan dado lugar a comportamientos y actitudes frente a la alimentación, que han quedado impregnados en el saber popular.
Las creencias de tiempos pasados sobre las relaciones entre la alimentación y la salud se pueden contrastar con los medios científicos actuales y es curioso comparar la gran diferencia que se aprecia entre los mitos creados en nuestros días por la publicidad tendenciosa, que ha calado hondo sobre la ignorancia, y aquellas creencias antiguas con una base empírica, transmitidas durante generaciones por la tradición oral. En todo caso, lo que necesita hoy la ciencia es una mayor difusión que desmienta esas relaciones erróneas que se atribuyeron y aún se hacen a la comida y a su influencia sobre la salud y el comportamiento humano.


Informacion Recopilada

lunes, 13 de octubre de 2008

La privacion de sueño y sus consecuencias metabolicas

La cultura de las “24 horas al día, 7 días a la semana” de la sociedad occidental, en la que cada vez son más las horas de vigilia debido a la presión profesional o social, tiene consecuencias en la calidad del sueño y, según algunos estudios científicos, quizá también en el riesgo de padecer obesidad y diabetes.



¿Qué función tiene el sueño?

El sueño es esencial para la vida y es la base de numerosas funciones fisiológicas y psicológicas, como la reparación de los tejidos, el crecimiento, la consolidación de la memoria y el aprendizaje. Aunque no todas las personas adultas necesitan el mismo número de horas de sueño, los expertos consideran que dormir menos de 7 horas por noche de forma continuada puede tener consecuencias negativas para el organismo y el cerebro.
El sueño y el metabolismo
Al examinar la relación existente entre el sueño y el metabolismo, es difícil determinar si ciertas circunstancias metabólicas conducen al sueño, o si es la calidad y duración del mismo lo que impulsa el metabolismo. Por ejemplo, los períodos más prolongados de sueño profundo se observan en personas físicamente activas y en aquéllas con una glándula tiroides hiperactiva; ambos casos están asociados con metabolismos más rápidos. Por el contrario, las personas con una glándula tiroides hipoactiva y, como consecuencia, un metabolismo más lento, suelen disfrutar de menos horas de sueño profundo.

Inversamente, la privación de sueño está relacionada con diversos cambios adversos de la actividad metabólica: aumentan los niveles de cortisol (una hormona implicada en la respuesta al estrés) en sangre, la respuesta inmune se ve afectada, disminuye la capacidad del organismo de procesar glucosa y el control del apetito se altera. Este tipo de cambios, pueden observarse en personas cuyo patrón de sueño está trastornado debido, por ejemplo, al cuidado de un bebé o a una enfermedad. El resultado final es que el funcionamiento normal del cuerpo se ve perturbado por la falta de sueño, y esto se repercute en ciertas consecuencias metabólicas.

¿Influye la falta de sueño en la salud?
Los estudios epidemiológicos y de laboratorio realizados indican que la falta de sueño puede desempeñar un papel en el aumento de la prevalencia de la diabetes y la obesidad. La relación entre la restricción del sueño, la ganancia de peso y el riesgo de padecer diabetes podría derivar de alteraciones en el metabolismo de la glucosa, un aumento del apetito y una disminución del gasto energético.1

El sueño y el metabolismo de la glucosa
Los períodos reducidos de sueño están asociados con una menor tolerancia a la glucosa y una mayor concentración de cortisol en sangre. La tolerancia a la glucosa es un término que describe el modo en que el organismo controla la disponibilidad de la glucosa presente en la sangre para los tejidos y el cerebro. En períodos de ayuno, el elevado nivel de glucosa y de insulina de la sangre indica que la administración de glucosa realizada por el cuerpo es inadecuada. Existen pruebas que demuestran que la baja tolerancia a la glucosa es un factor de riesgo para la diabetes de tipo 2. Los estudios sugieren que la restricción de sueño a largo plazo (menos de 6,5 horas por noche) puede reducir la tolerancia a la glucosa en un 40%.

Aumento del apetito
En un estudio realizado en grandes poblaciones se ha observado una relación entre una corta duración habitual del sueño y el aumento del índice de masa corporal (IMC). Una duración reducida del sueño se asoció a cambios en las hormonas que controlan el hambre; por ejemplo, los niveles de leptina (reductora del apetito) eran bajos, mientras que los niveles de grelina (estimulante del apetito) eran altos. Los efectos se observaron cuando la duración del sueño era inferior a 8 horas.1,3 Esta constatación sugiere que la privación de sueño es un factor de riesgo de padecer obesidad. En un estudio controlado realizado en una población masculina y sana, se descubrió que una media de 4 horas de sueño se asociaba a un deseo significativamente mayor de alimentos calóricos con un contenido elevado de carbohidratos (alimentos dulces, salados y ricos en fécula). Los sujetos también manifestaron tener más hambre.2Hay también que tener en cuenta que cuantas menos horas se duerme, más tiempo hay para comer y beber. Existen estudios que demuestran que éste es un factor que contribuye a los aspectos obesogénicos de la reducción del número de horas de sueño.

Menor gasto de energía
En el otro extremo de la ecuación energética, las personas con falta de sueño tienen menor probabilidad de ser físicamente activas, lo que deriva en un menor gasto de energía. Si al aumento del apetito y el deseo de comer, se une la reducción de la actividad, se hace evidente el importante papel que el sueño puede jugar en la gestión del peso corporal.

El círculo vicioso de los trastornos del sueño y la obesidad
La apnea del sueño es un trastorno que afecta aproximadamente al 24% de los hombres y al 9% de las mujeres. Se caracteriza por la interrupción momentánea de la respiración durante el sueño, lo que ocasiona un sueño de peor calidad y fatiga durante el día. Existe una estrecha relación entre este problema y la obesidad. Varios estudios han comprobado que las personas con apnea del sueño presentan patrones anormales de sueño que pueden acentuar los trastornos metabólicos asociados con la privación de sueño como, por ejemplo, el aumento del hambre. Es decir, que la apnea del sueño causada por la obesidad podría a su vez influir en el apetito y el gasto energético, favoreciendo la obesidad. Es necesario seguir investigando para conocer mejor estas relaciones.

Conclusión
La falta de un sueño de buena calidad parece tener un impacto en los impulsores fisiológicos del equilibrio energético: el apetito, el hambre y el gasto energético. Además, la privación de sueño tiene un efecto negativo en la capacidad del organismo de administrar la glucosa y puede aumentar el riesgo de padecer diabetes de tipo 2. Se necesitan aún más investigaciones para entender cómo podrían utilizarse cambios en el patrón de sueño para crear entornos favorables que ayudasen a la gestión del peso corporal y a reducir el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el sobrepeso.

Referencias
Knutson K.L. et al. (2007). The metabolic consequences of sleep deprivation. Sleep Medicine Reviews 11(3):159-62
Spiegel K. et al. (2005). Sleep loss: a novel risk factor for insulin resistance and Type 2 diabetes. Journal of Applied Physiology 99:2008-19
Van Cauter E. et al. (2007). Impact of sleep and sleep loss on neuroendocrine and metabolic function. Hormone Research 67:2-9

jueves, 9 de octubre de 2008

EBRIOREXIA: Preocupante trastorno alimentario que mezcla alcoholismo con falta de alimentación

La lista de trastornos alimentarios aumenta, ahora hay que añadir la Ebriorexia, un desorden caracterizado por una conjugación de diferentes conductas, no comer sometiéndose a una abstinencia alimenticia voluntaria, realizar un atracón y posteriormente provocar el vómito y como tónica dominante en ambas conductas, abusar de las bebidas alcohólicas, es una combinación de anorexia, bulimia y alcohol.

Hay que decir que por el momento la ebriorexia (drunkorexia) no es un término oficial para nombrar al nuevo desorden alimentario, pero es el que se está adoptando por el momento para denominar el nuevo problema. Los denominados “ebrioréxicos” no quieren comer para poder compensar las calorías que el alcohol aporta, se podría decir que el término describe a las personas alcohólicas anoréxicas o bulímicas.

Los protagonistas de este trastorno alimentario son mayoritariamente mujeres y el alcohol básicamente es la única fuente de calorías con la que se sustentan, aunque existen casos de mayor gravedad en los que el alcohol es sustituido por drogas como las metanfetaminas con la única finalidad de inhibir el hambre.

Quienes padecen anorexia nerviosa presentan un aumento en la actividad química que se realiza en determinados sectores del cerebro, sectores donde se controlan las sensaciones relacionadas con la satisfacción, una percepción errónea de la imagen provoca a los enfermos que vean lo que no es realidad, un exceso de peso inexistente.
A esta lamentable situación, le añadimos la correspondiente dosis de drogas o alcohol y aparece la ebriorexia, existe temor por comer pero no por beber. Los trastornos de la comida se ven cada vez más asociados al abuso de drogas y alcohol, algunos expertos médicos aseguran que la obsesión por estar delgado, la creciente aceptación social sobre el consumo de drogas y bebidas alcohólicas, se combina con la moda de las rehabilitaciones, un peligroso cóctel responsable del aumento de la nueva enfermedad.

La actual sociedad en cierto modo responsable de los nuevos desórdenes emergentes, sobrepeso y obesidad en un extremo y en el otro vigorexia, anorexia, bulimia, etc. Es realmente un peligro estremecedor el que se cierne sobre quienes conjugan el deseo de no comer y el abuso de las sustancias antes mencionadas.
¿cual será el próximo problema que a través de la alimentación arruine una vida... ?



Algunas Referencias bibliograficas

The New York Times
CBS
En Gastronomía & Cía

martes, 7 de octubre de 2008

Consumo moderado de vino tinto y cáncer de pulmón


El consumo moderado de vino tinto podría disminuir el riesgo de cáncer de pulmón en varones, según un estudio del Departamento de Investigación y Evaluación de Kaiser Permanente en Pasadena (Estados Unidos) que se publica en la edición digital de "Cancer Epidemilogy, Biomarkers & Prevention".



Según explica Chun Chao, director del estudio, "un componente antioxidante del vino tinto podría proteger frente al cáncer de pulmón, en particular entre los fumadores".

El equipo del Dr. Chao analizó datos recogidos del Estudio de Salud Masculina de California, que vinculaba datos clínicos del sistema de salud de California con datos proporcionados por 84.170 hombres de entre 45 y 69 años de edad. Los investigadores obtuvieron datos demográficos y sobre el estilo de vida a partir de encuestas informatizadas entre 2000 y 2003 e identificaron 210 casos de cáncer de pulmón.

Los científicos midieron el efecto del consumo de cerveza, vino tinto, vino blanco y licores sobre el riesgo de cáncer de pulmón. Después se analizaron aspectos como edad, raza, educación, ingresos económicos, índice de masa corporal, antecedentes de enfermedad pulmonar obstructiva crónica o enfisema y tabaquismo.

Los resultados mostraron una media de un 2% menos de riesgo de cáncer de pulmón asociado a cada copa de vino tinto consumida al mes. La reducción más significativa del riesgo se produjo entre los fumadores que tomaban una o dos copas de tinto al día. Los investigadores informaron de un 60% menos de riesgo de cáncer de pulmón en estos participantes.

Advirtieron a estos individuos que la mejor forma de reducir el cáncer de pulmón era dejando de fumar, indicando que incluso los fumadores que beben una o dos copas de vino tinto al día aún se enfrentan a un mayor riesgo de este tipo de cáncer que los no fumadores.

Los resultados no mostraron una asociación clara entre el cáncer de pulmón y el consumo de vino blanco, cerveza o licor. "El vino tinto es conocido por un contenido alto en antioxidantes. Existe un componente, el resveratrol, que es muy abundante en el vino tinto porque deriva de la piel de la uva. Este componente ha mostrado beneficios para la salud en estudios preclínicos", afirman los autores.

Finalizan advirtiendo que estos descubrimientos no deben ser interpretados como una recomendación para el consumo elevado de alcohol.


Informacion Recopilada desde

Revista Medicina y Humanidades: jano.es

viernes, 3 de octubre de 2008

Dieta para aumentar músculo

El entrenamiento regular y una alimentación equilibrada son las claves para aumentar la masa muscular



Uno de los errores más frecuentes entre los deportistas es el consumo excesivo de proteínas con la intención de aumentar la masa muscular. Las dietas ricas en proteínas por sí solas no aumentan la masa muscular. La forma óptima de conseguir un aumento de músculo es a base de un entrenamiento regular y siguiendo una dieta equilibrada rica en hidratos de carbono y suficiente en proteínas.



Abuso de proteínas: error frecuente
Las necesidades proteicas de los deportistas son ligeramente superiores a las de personas sedentarias, debido a un mayor desgaste y a una mayor masa muscular, como ocurre sobre todo en deportes de fuerza. Las necesidades proteicas de una persona sedentaria son de 0,8 gramos por kilo de peso al día, en cambio, para un atleta que realiza deportes aeróbicos y en equipo, oscilan entre 1,2 y 1,4 gramos, y son todavía superiores en deportes de fuerza y velocidad, entre 1,5 y 1,7 gramos.




Proteínas diarias y deporte
La cantidad de proteínas que se requieren cada día es un tema controvertido, puesto que depende de muchos factores: de la edad, ya que en el periodo de crecimiento las necesidades son el doble o incluso el triple que para un adulto; del estado de salud del intestino y riñones, que pueden hacer variar el grado de asimilación o las pérdidas de nitrógeno por las heces y la orina y del tipo de deporte que se practique. También depende del valor biológico de las proteínas que se consuman, aunque en general, todas las recomendaciones siempre se refieren a proteínas de alto valor biológico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un valor de 0,8 gramos por kilogramo de peso y día. El máximo de proteínas que podemos ingerir sin afectar a nuestra salud es un tema aún más delicado. Las proteínas consumidas en exceso, que el organismo no necesita para el crecimiento o para el recambio proteico, se queman en las células para producir energía. A pesar de que tienen un rendimiento energético igual al de los hidratos de carbono, su combustión es más compleja y dejan residuos metabólicos, como el amoniaco, que son tóxicos para el organismo. El cuerpo humano dispone de eficientes sistemas de eliminación, pero todo exceso de proteínas supone cierto grado de intoxicación que provoca la destrucción de tejidos y, en última instancia, la enfermedad o el envejecimiento prematuro. Debemos evitar comer más proteínas de las estrictamente necesarias para cubrir nuestras necesidades.
Muchos deportistas gastan millones de dólares por año en polvos proteínicos, proteínas en barras, batidos de proteínas y numerosos tipos de suplementos con aminoácidos. Creen que necesitan tremendas cantidades de proteínas para utilizarlas como combustible en los ejercicios y para ayudar a crear proteínas en los músculos.
Los fabricantes de estos suplementos argumentan que sólo las proteínas de "alta calidad" pueden proveer un crecimiento óptimo de la musculatura, o que sólo los aminoácidos son absorbidos rápidamente a la sangre para estimular al máximo la creación de proteínas en los músculos. Sin embargo, la mayor parte de los combustibles utilizados para proveer energía en los deportes son carbohidratos y lípidos. Las proteínas por lo general contribuyen en un 2% de la energía necesaria, y la máxima contribución de las proteínas para proveer energía en los deportes es de menos del 10%.
En resumen, la mayoría de los deportistas pueden obtener la cantidad de proteína que necesitan para un rendimiento óptimo y para el crecimiento muscular, por medio de los alimentos diarios. No hay necesidad de gastar mucho dinero en suplementos de proteínas o en suplementos de aminoácidos. Mientras uno consuma las calorías suficientes e incluya en su dieta diaria una gran variedad de alimentos, la composición de aminoácidos o la calidad de proteínas será la adecuada.
La clave, los hidratos






La clave, los hidratos de carbono


Los hidratos de carbono son los nutrientes que deben estar presentes en mayor cantidad en la dieta de un deportista. De esta forma, el organismo obtiene la energía que necesita de los hidratos de carbono sin emplear las proteínas como fuente de energía. Los hidratos de carbono que se consumen mediante los alimentos se transforman en glucógeno y éste se almacena en el músculo y en el hígado. Sin embargo, las reservas de glucógeno son limitadas y se agotan a la hora y media o dos horas de comenzar un ejercicio intenso y es en ese momento cuando puede aparecer la fatiga también conocida como pájara. Por esta razón se han de consumir suficientes hidratos de carbono en todas las comidas del día como por ejemplo: cereales -pan, arroz, pasta, cereales de desayuno, galletas, etc.-, legumbres, patatas, frutas, lácteos azucarados, bebidas para deportistas y dulces.
Numerosos estudios realizados señalan que en el desarrollo de la musculatura, los hidratos de carbono son tan importantes como las proteínas, ya que aumentan la insulina en sangre. Esta hormona es anabolizante, es decir, participa en el desarrollo muscular y de otros tejidos del organismo. Por tanto, para conseguir un aumento de la musculatura, es interesante combinar alimentos hidrocarbonados y proteicos. Si se toman alimentos ricos en estos nutrientes, combinados antes o durante el ejercicio, ayudan a la formación del músculo, y si se ingieren después del entrenamiento favorecen la recuperación del glucógeno y se evita la pérdida de proteínas del músculo.




Informacion Recopilada
www.consumer.es




jueves, 2 de octubre de 2008

Are Your Favorite "Healthy" Foods Hiding Calories?


You probably know that the double bacon cheeseburger value meal is not the healthiest choice on the menu. Fried foods, high-fat meats, and casseroles oozing with butter are easy to recognize as foods you should eat less often. But, choosing healthy foods can be tricky.


Here are a few more "healthy" foods that may be higher in calories* than you think:


Bagels - One plain Einstein Bros. bagel has 290 calories (close to 4 times the amount of calories in a slice of bread).

Granola cereal - With over 500 calories per cup you should consider choosing low-fat and limiting your portion to 1/2 cup.

Trail mix - One-half cup (or half your fist) can contain 350+ calories. Watch out for chocolate pieces, candy covered fruit and nuts, and fried chips.

Low fat yogurt with crunchy cookie pieces - YoCrunch "Fun Crunch" yogurts pack 200+ calories into 6-ounce containers!

Vegetable chips and crackers - While some do contain small amounts of tomato puree, spinach, and carrot, most are made from fried starch (potatoes, rice, corn or soy) with powdered vegetables tossed in. That means they have just as much salt, fat, and calories as regular chips.

Organic frozen meals - Don’t assume that a product labeled “organic” or “all natural” is healthy. Oftentimes, the artificial flavors, colors, and preservatives that are removed from these meals are replaced with unhealthy fats and sodium.

Low sugar/Low carb sweet treats - Sugar-free doesn't mean fat- or calorie-free. In fact, in many products the sugar is removed and replaced with unhealthy fats, leading to just as many (if not more) calories than the original.


What other high-calorie "healthy" foods would you add to this list?


*Nutrition information provided by http://www.calorieking.com/.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Demasiado azúcar en los cereales de los niños

  • La OMS quiere crear un código de comercialización internacional de productos para niños


ELMUNDO.ES


MADRID.- Uno de los productos más consumidos por los niños son los cereales. Los regalos y juegos que ofrecen en los envases, las formas de dibujos animados que presentan y los apetecibles sabores, como el del chocolate, ayudan a que sean el desayuno preferido para muchos. Pero ¿son tan saludables como los pinta la publicidad? Un nuevo informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), señala que estos productos contienen más cantidad de azúcar de la recomendada.
La OCU ha analizado 10 productos internacionales (de Kellogg's y Nestlé) -para poder hacer la comparación entre países- y 11 cereales con mucha presencia en el mercado español (Weetabix, Pascual y nueve marcas blancas o de distribución). Y han encontrado que todos ellos
sobrepasan los límites de azúcar recomendables. "El azúcar sobra por todos lados. Todos los productos superan con creces la barrera del 12,5%, el límite aceptable, y la mayoría pasa del 30%", señalan desde la Organización. También sobran otros añadidos como la miel o el chocolate.
Los Smacks, los Frosties, los chocos y los Choco Krispies Coco Rocks de Kellogg's y los Chocapic, los Cheerios, las Estrellitas y los Nesquik de Nestlé son los que más azúcar contienen de las marcas que sirvieron para la comparación internacional.
En Europa, la media de azúcar que presentan los cereales es del 32,9%, por debajo de lo que contienen en EEUU (37,1%), América del Sur (37,8%), Asia y Oceanía (ambas con el 35%) y por encima de África, en donde este ingrediente no supera el 27,3%.


Pero si con el azúcar los cereales pecan de exceso, con la fibra ocurre lo contrario y se quedan cortos. Según el análisis, la fibra es escasa en la mayoría de los productos, principalmente "porque se elaboran con harinas refinadas, lo que hace que se pierda la fibra que contiene la cáscara del cereal". Los productos que peor nota sacan por su contenido en fibra son: Kellogg's Rice Krispies, Kellogg's Frosties y Pascual Ñampa Zampa.
Sin embargo, no todo es negativo. El estudio también revela que los niveles de sal y grasas no son excesivos en casi ningún producto y, aquel que presenta más sal es porque contiene menos azúcar. "La forma de complacer al consumidor de este tipo de alimentos es a través del sabor y eso se logra con la sal o el azúcar", explica la OCU. Los resultados del análisis han sido enviados a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición y al Instituto Nacional de Consumo.

Anuncios a diario
En cuanto a la información nutricional que facilitan las diferentes marcas, el informe concluye que el listado de ingredientes es correcto. El principal problema es que las informaciones sobre nutrientes por ración y día, aunque están presentes, se refieren a raciones de adultos y no de niños.
Además de los productos ya nombrados, las otras marcas analizadas han sido: Little Man Choco Moons y Bellona choco Rice de Lidl; Weetabix Weetos chocolate; El Corte Inglés Maxi Kids; Arroz Inflado y bolas de maíz de Carrefour; Choco Bills y Bagies de Eroski; Chops Choc y Choky Choc de Dia.
Junto a los regalos que ofrecen los envases, la publicidad es el otro recurso para captar consumidores. Durante una semana (del 7 al 13 de abril), la OCU contabilizó 168 anuncios de cereales para niños en las seis principales cadenas de ámbito nacional. La hora más cargada de este tipo de anuncios es de 9 a 10 de la mañana y son los fines de semana cuando las marcas prefieren aparecer.


La generación de la comida basura
La obesidad infantil es un problema en aumento en casi todo el mundo y que cada vez afecta a niños más pequeños. Para ponerle freno, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en marcha un estudio internacional para analizar todos los aspectos relacionados con los alimentos que se dirigen a los niños, desde el marketing hasta los ingredientes.
El análisis de la OCU, como miembro de Consumers International, junto a otras 220 organizaciones de consumidores, forma parte de esta iniciativa de la OMS, cuyo objetivo final es crear un código de comercialización internacional de alimentos para niños para que cada Gobierno lo aplique a través de su legislación.
La OMS, a través de su campaña 'Junk Food Generation' (Generación de la comida basura), pide: prohibir la emisión de anuncios de alimentos poco saludables entre las 6 de la mañana y las 21 horas en radio y televisión, no promocionar estos alimentos mediante los nuevos medios de comunicación, no incluir regalos ni permitir el uso de personajes famosos.

El jugo de mandarina disminuye el riesgo cardiovascular en niños

Científicos españoles publican los resultados de su estudio con niños hipercolesterolémicos en el "Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition"


La ingestión regular de zumo de mandarina mejora el estado antioxidante de los consumidores y puede disminuir el riesgo cardiovascular. Así lo explica un nuevo estudio, enfocado en población infantil con hipercolesterolemia.

"Puesto que ya disponíamos de los datos del poder antioxidante de los zumos cítricos, iniciamos el estudio para evaluar el zumo de mandarina, ya que por su sabor es muy bien aceptado por la población infantil", explica la Dra. Pilar Codoñer, del Departamento de Pediatría, Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Valencia, e investigadora principal de este estudio.

El objetivo fue examinar los efectos del consumo regular de este zumo en el estado antioxidante de niños con hipercolesterolemia. Para ello, se midieron los niveles en plasma de biomarcadores derivados de la oxidación de lípidos y proteínas, el perfil lipídico y el contenido de vitamina C y E en una muestra de 48 niños de entre 8 y 12 años.

"Escogimos una población de niños con hipercolesterolemia puesto que esta alteración va ligada a un riesgo cardiovascular en el que está implicado el estrés oxidativo y, por lo tanto, la modificación de sus parámetros sería beneficiosa a largo plazo", indica la Dra. Codoñer.

Durante cuatro semanas, se administró al grupo infantil un suplemento diario de zumo de mandarina de 500 ml (en dos tomas de 250 ml), sin modificar su dieta habitual. Al final de la investigación, los niveles de estrés oxidativo en sangre habían disminuido significativamente.



Zumos naturales frente a industriales

Los investigadores demostraron el aumento de la defensa antioxidante tras el suplemento dietético de zumo de mandarina, "lo que puede repercutir en una disminución del riesgo cardiovascular", señala la científica.
Tras analizar la sangre de los pacientes, se comprobó que el peso de los niños no se había modificado durante el experimento. Estos resultados son opuestos a los obtenidos en investigaciones que sugieren que los zumos de frutas favorecen la obesidad en niñas y niños. A este respecto, la Dra. Codoñer destaca que "el producto usado en el estudio era zumo natural de fruta, sin edulcorantes ni conservantes, y que por lo tanto no tiene nada que ver con otros zumos industriales".




Referencias bibliograficas
Journal of Pediatric Gastroenterology & Nutrition 2008;47(3):349-355